domingo, 5 de abril de 2020

Confinada con el Sudeck

   

     Me siento de nuevo delante del ordenador en estos tiempos en los que todos estamos confinados en casa, llevándolo lo mejor que podemos, deseando que no afecte a nadie cercano el COVID-19, viviendo en un sin vivir, nunca mejor dicho, ya que los días pasan, pero no los vivimos como deseariamos, no los vivimos como querriamos.

     Hoy para mi es un día raro, me he parado a pensar, en que yo por mi tipo de trabajo he tenido que ir a trabajar día tras día, del trabajo a casa y de casa al trabajo, bueno he salido a comprar y ya está, realmente es lo que un día cualquiera podría hacer, la diferencia está en que no tengo a mi alrededor ni a mi familia, ni amigos, realmente lo que echo de menos es el afecto, es el cariño que una persona te transmite con un abrazo, lo que sientes cuando ves a alguien sonreir... pero ahora me doy cuenta de que mi Sudeck está ahí, hay días normales en los que son así, conforme estamos viviendo, pero no porque un gobierno lo diga, a mi me obliga a quedarme en casa el dolor, el dolor extremo en una pierna y el dolor reflejo en la otra, realmente estos días no son tan diferentes a como cuando tengo picos de dolor, de esos que no me soporto ni yo.

     En lo único que está haciendo mella este confinamiento es en mi mente, me está haciendo que me debilite, que vea las cosas desde el lado más feo, que tenga demasiado tiempo para pensar y que lo único que quiero es dormir para que los días pasen pronto, estar tanto tiempo encerrada, me hace darme cuenta de nuevo de cuales son mis limitaciones, que son muchas y que tanto odio no poder hacer, que lo puedo intentar, claro que si, pero ¿y si intentarlo es confirmar que no puedo hacerlo? lo llevaré bien, por ahora vivo con la incertidumbre, con el no sé si puedo o no, con ambas opciones, pero intentarlo es saber si voy a poder o no, y me asusta que el resultado sea que no puedo hacerlo, eso significa que me voy a perder muchas cosas.

     Me acuerdo cuando yo iba religiosamente a la piscina y deje de ir solamente porque el salir del agua por las escaleras para mi significa mucho dolor y esfuerzo, mi pierna derecha no responde como debería, no es poner el pie en el escalón y salir, es poner el pie bueno en el escalón, subir el de la pierna mala y mientras subo el siguiente peldaño aguantar el dolor horrible. 

     Ahora que vivo sola me doy cuenta del cuidado que tengo que tener en que nada se me caiga debajo del sofá, o del mueble, una persona sin dolencia, se agacha, se pone de rodillas y se asoma, yo no puedo, mi pierna no me deja después ponerme de pie, no tiene fuerza, solo dolor, dependo de que mi tronco superior me pueda levantar, en este confinamiento con mi enfermedad me he planteado muchas cosas, algunas que ya sabía y otras que no, pero que no sé si quiero averiguar la respuesta, no se si quiero saber si es algo que puedo hacer o no, porque eso supondrá en caso de que no pueda, un proceso de asimilación, un tiempo de enfado conmigo misma, con el que por su culpa me veo privada de poder disfrutar de muchas cosas, significa pasar por un tiempo difícil y no se si es lo que quiero, por un lado si, porque es algo que me encantaría poder hacer, pero y si no puedo y si pasa esa actividad a formar parte de la lista de los imposibles... 

                                                                                                                            Nur