martes, 18 de junio de 2019

Todo llega, Todo pasa

Ha pasado un año más, un curso más, he terminado casi el ciclo de grado superior a falta de defender mi proyecto y la alegría debería invadirme igual que veo que les pasa a mis compañeras y compañeros.
   No ha sido fácil luchar contra mi cabeza, mís pensamientos y además estudiar lo suficiente como para poder aprobar, miento si digo que no he querido dejarlo, he querido abandonar, he estado muy tentada de dejarme, de quedarme en casa, meterme en la cama y no salir.
   La sensación de que todo lo que estás haciendo no te va a servir de nada, de que tu vida no tiene sentido ninguno, de que para qué  terminar el ciclo si luego no me va a contratar nadie; sigo estando en la misma situación, con dolor, con un bastón, coja y esperando a que me valoren mi grado de discapacidad, ¿dónde van a contratarme con este perfil? No soy capaz de estar más de 10 minutos de pie,
   No quiero, pero la tristeza me invade, me deja sin esperanzas, desconozco qué más puedo hacer, yo solo quiero poder trabajar, poder sentirme útil, el llegar a sentirse la persona más inútil del mundo es el pan mío de cada día, limitada para hacer cosas en casa, limitada para trabajar, limitada para hacer tantas cosas que desearía hacer, me encantaría poder visitar lugares que a través de las fotos de mis amigas puedo ver, porque no puedo caminar por caminos difíciles, ni terrenos rocosos, desearía que nadie me lo tuviera que contar, poder vivirlo, poder pasear por el monte, sentir el aire puro, descansar en cualquier pedrusco encontrado por el camino... pero no puedo la enfermedad no me lo permite, no me permite ni caminar por un camino de grava, no puedo montar en mi moto, con lo que la echo de menos, la sensación del aire, el circular entre el tráfico, también me lo arrebató el dolor, ni siquiera puedo salir una noche de “fiesta” porque mi pierna no lo soporta, y así, con todo lo que era divertido o podría ser divertido.
   Todo, lo tengo que abandonar todo, todo lo que me gustaría hacer; hoy en día podría perfectamente tatuarme un ;, porque en su día no le vi sentido a mi vida, ni a continuar con ella; ahora la rutina se termina y desde hace un tiempo que mis sensaciones son las mismas, me siento vacía, mi bastón y yo no sabemos que será de nosotros, queremos llorar en los momentos en los que estamos sol@s y mi cabeza no deja de darle vueltas a cómo hacen planes y yo tengo que sopesar si seré capaz de aguantar él ritmo, porque tampoco quieres retrasar a nadie, me encantaría poder visitar los pueblecitos más escondidos de nuestro país, pero como todo yo tengo que darle el triple de vueltas, no puedo dejar de pensar en mi vida o en la falta de ella desde hace 10 años.
Nur